[vc_row][vc_column][vc_column_text]Paralizada la actividad gastronómica desde hace varias semanas, gran número de emprendedores, autónomos y pequeños empresarios, que son los que mayormente forman la hostelería están al borde de la quiebra. Muchos de ellos tienen créditos que pagar a los bancos, plantillas a las que no desean abandonar, aunque haya formulas laborales para retenerlas, y numerosos gastos que deben afrontar desde el minuto uno, como alquileres, gastos energéticos, compromisos con proveedores, y un largo etc. Bares y restaurantes se podrían haber convertido durante la crisis en proveedores de excepción de comida preparada, en un momento en el que hace mucha falta, pero no ha sido así y ahora en muchos casos los carteles de «Se cierra por la crisis del Coronavirus» ha da do paso a carteles de, Se Alquila, Se Vende o Se traspasa.
Centenares de bares de barrio los regentan sus propietarios que ahora no tienen un sueldo que llevar a casa, y sólo los gastos, incluyendo, hasta que no se arregle, su cuota de autónomos. Los créditos a bajo interés, que propone el gobierno, que podrían ser un salvavidas, pueden convertirse tras la apertura de los establecimientos, en una piedra al cuello que acabará de ahogarlos si no cuentan con suficientes clientes-
El regreso muy posiblemente sea escalonado y en fases, comenzando por la tímida salida de los trabajadores de la industria y el comercio (si finalmente se consiguen los medios de protección adecuados que serán imprescindibles al principio) y la hostelería. Muchos ciudadanos no se atreverán a salir a comer a un restaurante al principio, quizá los bares de toda la vida puedan recuperar el pulso antes, los grandes establecimientos tardarán un poco más ya que muchos se nutren de clientes de empresas, incluso de otros países, que van a los restaurantes en estos viajes de trabajo.
En cualquier caso cuenta a favor de bares y restaurantes que los españoles somos muy sociables y nos gusta estar en la calle, y aunque no nos libraremos tan fácilmente del coronavirus, en mi opinión si aprenderemos a convivir con él y posiblemente justo en los meses de más calor (muy buenos para la hostelería) nos de un respiro.
Otra cosa muy diferentes son los hoteles que tendrán que ganarse a pulso la llegada de los clientes, sobre todo extranjeros, esperando pacientemente a que éstos pierdan el miedo. Los restaurantes tan vinculados al turismo también lo sufrirán, pero si se reinventan, es posible que sobrevivan con el consumo local. Buen producto, precios ajustados, envío de comida a casa y empresas, y medidas de seguridad (mesas con distancia e incluso con separador físico, personal con mascarilla y guantes…), sobre todo al principio, ayudará.
Hay luz al final del túnel, pero justo ahora cuando estamos confinados hay que crear la estrategia de futuro como hacen las grandes compañías globales, y no para los primeros meses, sino para los primeros años. También en lo relacionado con la comunicación que debe ser desde ahora mismo cercana, solidaría y expansiva.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][/vc_column][/vc_row]